Las espinas del amor...

En una tarde, en la que parecía que la melancolía estaba sentada a mi lado, recordé algunas historias, que algunas veces me habían servido para no cometer errores.
En verdad el amor tiene caminos muy enredados, con contornos no definidos, que algunas veces lo hacen muy interesante y una embriagadora aventura, y otras veces se convierte en la sombra de lo que alguna vez deseamos para nuestras vidas.
Que demarca el límite?
La gran pregunta es: cuando la tolerancia se vuelve sumisión? 
La convivencia es difícil, hay que saber perdonar y comprender los errores de la otra persona.
Pero plantearnos cual es nuestro límite o hasta donde somos capaces de soportar, creo que es una pregunta sabia.
Cuando, los consejos de nuestra pareja, se transforman en manipulación? 
Habría que aprender a separar el amor de la posesión... no es tarea fácil, cuando se está inmerso en una historia que luce brillante, y queremos a toda costa "no ver", lo opaco o lo gris que le sale por los costados.
Tendría que sonarnos una sirena inmensa dentro nuestro, cuando empezamos a dejar de lado nuestros deseos, nuestros gustos, nuestras ganas, para empezar a satisfacer a nuestra pareja.
Pero esa sirena no existe! 
Hoy puede ser que desayunemos té y no café con leche...sólo porque a ella le gusta.
Mañana, preferiremos comprar su sweater preferido y no la revista que nos gusta...
Dentro de un tiempo, ya no sabemos lo que nos gusta, empezamos a desconocernos a nosotras mismas; pero conocemos a la perfeccion que cosas, de que forma y en que momento le gusta a nuestra novia/pareja hacer determinadas cosas.
Y eso nos llena la vida! andamos por ahí, orgullosas porque la complacemos y la conocemos casi más que ella misma.
Empezamos a perdernos...a desencontrarnos con nuestra alma. Empieza el peligro...
Como regresar? Como ignorar nuestra satisfacción casi morbosa cuando por causa de un regalo su sonrisa nos hace volar? 
Y cuando hay que tomar alguna decisión? Ella nos da su punto de vista, nos aconseja,y nosotras automáticamente nos relegamos a sus palabras.
Nos olvidamos de pensar, y como olvidarse de pensar es muy triste...porque es lo mismo que no saber hacerlo, nos convencemos a nosotras mismas de que pensamos de igual manera,
de que coincidimos en la opinión...a veces nos damos cuenta que no es así, pero lo dejamos pasar...
Y a la gente le decimos muy orgullosas : "con mi novia "hemos"??? decidido tal cosa... o "hemos"??? pensado tal otra....
Y seguimos contribuyendo a nuestra propia destrucción.
Yo creo que hay que amar, incondicional e infinitamente, pero la regla principal debería ser, NO abandonarse. Estar permanentemente en contacto con nuestra intuición, nuestra alma, nuestro espíritu...
Pedir, tomar y respetar el tiempo necesario para encontrarnos con nosotras mismas, y por sobre todas las cosas; valorar en su justa medida nuestra opinión, y nuestros sentimientos.

Besotes a todas!