jueves, 23 de agosto de 2012

Así estoy...


Leí "escasos días" y yo misma me traduje "escaso aire". Después de leer de tu partida, me cuesta respirar. Todo me cuesta. Y digo: puta madre! es como si el destino me hubiera puesto un señuelo, y yo como un imbécil conejo de cerco seguí, y el señuelo se me retiró, y el destino se caga en mí otra vez.
Escaso aire, escaso valor (el que yo tuve), escasa fué la suerte.
Me quedaré pensando siempre: "que hubiera sido si..."
Me quedo con las ganas; con la duda; con ésta espina que no me deja en paz.
Y yo no puedo vivir así, porque vivir así es una mierda rematada.
Que espanto. He sido invitada a tu despedida; a mi "nunca más"; a mi adiós silencioso porque nadie sabe. Nadie sabe lo mucho que quiero que te quedes conmigo.
Un "parasiempre" frustrado. Un romance imposible que me arrasa el alma.
Mañana por la noche, es tu despedida.
Y voy a ir. Voy a comerme con los ojos tu presencia, voy a absorber como una esponja cada segundo a tu lado; y a guardarlos para siempre en mi mente y en mi corazón.
Una foto tal vez?... para recordar tu cara; tu cabello ensortijado tan rubio como el sol; tus ojos claros que se bebieron el color del mar, recordaré tus anillos, tus dibujos y lo poco que me diste y que te dí.
Una nada que es un universo completo con nubes y todo.
Así estoy...
con el alma partida, con los ojos vidriosos, con ganas de gritarte todo lo que siento; pero voy a callarme.
Voy a respirar hondo y a hacer de cuenta que nada pasa.
Así estoy...
con un invierno en los huesos que va a durar un siglo.
         
          Besotes a todas

                  

domingo, 12 de agosto de 2012

Todavía soy un niño...




Amaneceres bonitos si los hay... apareciste con una pequeña caja por la puerta del dormitorio, yo apenas acababa de abrir mis ojitos y te veía borrosa, pero no dije nada.
Te metiste en la cama, te acurrucaste contra mí, y me diste la caja.
Feliz Día del niño, me dijiste. Yo apenas podía creer...
Me incorporé, porque a esa altura la curiosidad pudo más, y despacito, casi como un ritual, saqué la caja de la bolsa, y muy lentamente fuí descubriendo lo que era.
- Un avión!!! grité de contenta.
Era una magnífica maqueta para armar, de un Fairchild C-119 Flying Boxcar
Un avión de carga, americano, difícil de conseguir.
Salté de la cama, loca de felicidad! había que armarla...
Me decías algo acerca del desayuno, pero no presté atención. Sólo quería ver si estaba completa la caja.
Empecé a hacer un listado de piezas: fuselaje, calcos, hélices, pinturas etc etc.
Yo necesitaba ocupar toda la mesa, y vos te me habías plantado delante diciendo que primero te llevara a desayunar porque no pensabas empezar el día con el estómago vacío.
Me dí cuenta de que así no sería buena idea empezar el domingo, y como es el día que elejimos para desayunar afuera, pués, puse manos a la obra y me vestí.
Yo quería volver rápido, ya estaba pensando en cuantas horas terminaría el modelo.
Fuímos a un café cercano llamado "Azúcar, pimienta y sal" pedimos ambos desayunos más una porción de tarta de manzana y te dí las gracias.
Te dí un superbeso, que dejó mudas a las mozas. No nos importó nada. Era un día perfecto!
Hablando y hablando, no sé cómo salió el tema de las cosas que la gente pone sobre la mesa de luz.
Y te empezaste a reir, me dijiste que habías acabado de inventar un mueble para mí.
Dado que yo tengo tantas cosas en mi mesita de luz: 3 libros, la linterna (uno nunca sabe...), el velador, la radioreloj, el vaso de jugo, un anotador y una birome (para la inspiración nocturna), el reloj pulsera (hasta que me lo pongo en las mañanas) y... golosinas varias...
Me decías que tenemos que fabricar una "Repiluz" (repisa y mesa de luz) 
Tu ocurrencia me hizo reir. Ya me imaginaba varios estantes dedicados a mis objetos.
Eso se sumó a tu invento de la noche anterior: jugo de "Mananá" (manzana y ananá).
Habíamos licuado varias manzanas y le agregamos una lata de rodajas de ananá y lo licuamos todo... Espectacular!
Es muy entretenido estar con vos. Tus inventos me vuelven loca!
Con la edad que tengo no me imaginé nunca, que alguien pudiera hacerme pasar un "Día del niño" tan lindo...
Mi avión sería verde militar... o azul muy oscuro, o...

     Besotes a todas!!!

            

martes, 7 de agosto de 2012

Sal con una chica que lee


Dando vueltas por la web encontré ésto, y me pareció tan acertado y bonito que he querido compartirlo con ustedes!

               
                Sal con una chica que lee (Por Rosemary Urquico)

Sal con alguien que se gasta todo su dinero en libros y no en ropa, y que tiene problemas de espacio en el clóset porque ha comprado demasiados. Invita a salir a una chica que tiene una lista de libros por leer y que desde los doce años ha tenido una tarjeta de suscripción a una biblioteca.

Encuentra una chica que lee. Sabrás que es una ávida lectora porque en su maleta siempre llevará un libro que aún no ha comenzado a leer. Es la que siempre mira amorosamente los estantes de las librerías, la que grita en silencio cuando encuentra el libro que quería. ¿Ves a esa chica un tanto extraña oliendo las páginas de un libro viejo en una librería de segunda mano? Es la lectora. Nunca puede resistirse a oler las páginas de un libro, y más si están amarillas.

Es la chica que está sentada en el café del final de la calle, leyendo mientras espera. Si le echas una mirada a su taza, la crema deslactosada ha adquirido una textura un tanto natosa y flota encima del café porque ella está absorta en la lectura, perdida en el mundo que el autor ha creado. Siéntate a su lado. Es posible que te eche una mirada llena de indignación porque la mayoría de las lectoras odian ser interrumpidas. Pregúntale si le ha gustado el libro que tiene entre las manos.

Invítala a otra taza de café y dile qué opinas de Murakami. Averigua si fue capaz de terminar el primer capítulo de Fellowship y sé consciente de que si te dice que entendió el Ulises de Joyce lo hace solo para parecer inteligente. Pregúntale si le encanta Alicia o si quisiera ser ella.

Es fácil salir con una chica que lee. Regálale libros en su cumpleaños, de Navidad y en cada aniversario. Dale un regalo de palabras, bien sea en poesía o en una canción. Dale a Neruda, a Pound, a Sexton, a Cummings y hazle saber que entiendes que las palabras son amor. Comprende que ella es consciente de la diferencia entre realidad y ficción pero que de todas maneras va a buscar que su vida se asemeje a su libro favorito. No será culpa tuya si lo hace.

Por lo menos tiene que intentarlo.

Miéntele, si entiende de sintaxis también comprenderá tu necesidad de mentirle. Detrás de las palabras hay otras cosas: motivación, valor, matiz, diálogo; no será el fin del mundo.

Fállale. La lectora sabe que el fracaso lleva al clímax y que todo tiene un final, pero también entiende que siempre existe la posibilidad de escribirle una segunda parte a la historia y que se puede volver a empezar una y otra vez y aun así seguir siendo el héroe. También es consciente de que durante la vida habrá que toparse con uno o dos villanos.

¿Por qué tener miedo de lo que no eres? Las chicas que leen saben que las personas maduran, lo mismo que los personajes de un cuento o una novela, excepción hecha de los protagonistas de la saga Crepúsculo.

Si te llegas a encontrar una chica que lee mantenla cerca, y cuando a las dos de la mañana la pilles llorando y abrazando el libro contra su pecho, prepárale una taza de té y consiéntela. Es probable que la pierdas durante un par de horas pero siempre va a regresar a ti. Hablará de los protagonistas del libro como si fueran reales y es que, por un tiempo, siempre lo son.

Le propondrás matrimonio durante un viaje en globo o en medio de un concierto de rock, o quizás formularás la pregunta por absoluta casualidad la próxima vez que se enferme; puede que hasta sea por Skype.

Sonreirás con tal fuerza que te preguntarás por qué tu corazón no ha estallado todavía haciendo que la sangre ruede por tu pecho. Escribirás la historia de ustedes, tendrán hijos con nombres extraños y gustos aún más raros. Ella les leerá a tus hijos The Cat in the Hat y Aslan, e incluso puede que lo haga el mismo día. Caminarán juntos los inviernos de la vejez y ella recitará los poemas de Keats en un susurro mientras tú sacudes la nieve de tus botas.

Sal con una chica que lee porque te lo mereces. Te mereces una mujer capaz de darte la vida más colorida que puedas imaginar. Si solo tienes para darle monotonía, horas trilladas y propuestas a medio cocinar, te vendrá mejor estar solo. Pero si quieres el mundo y los mundos que hay más allá, invita a salir a una chica que lee.

O mejor aún, a una que escriba.




PD: Espero que les haya gustado!!!

       
           Besotes a todas!

                

lunes, 6 de agosto de 2012

Todas las fichas juntas



El otro día, un compañera de taller, puso en su muro una pregunta. La pregunta decía: "Que pasa cuando uno no entra en el mandato social, no porque no quiera, sino porque no la vió?"
A raiz de éste comentario, traté de definir: mandato social. No me agradó a la conclusión a la que llegué.
Al día siguiente, de vuelta del trabajo, me encontré en plena calle Colón, con la que fuera hace mil años, compañera de secundario.
La ví venir, y por alguna razón me sumergí en mi celular, en vez de cambiar de vereda.
Ella, siempre tan ella, con esa sonrisa demoledora y hermosa que siempre tuvo, pasó por mi lado y me agarró del brazo a modo de llamar mi atención.
Yo, siempre tan seria y circunspecta, la miré a los ojos, y haciendome la sorprendida sonreí.
Por un instante tuve miedo, pero ella supo construir la conversación a modo que quedara perfecta.
Me preguntó que era de mi vida (la gente siempre pregunta eso, y siempre creen que les sale casual) yo respondí que estaba trabajando en una panadería cercana y que mis horarios eran de lo más informales.
Ella es licenciada en documentología,y trabaja para las fuerzas de seguridad de la provincia y además en Casa de Gobierno.
Nunca olvidé eso, pero por alguna razón eso nunca fué suficiente para mí.
Me contó que se había comprado un auto, y que alquilaba en la quinta sección.Que vivía sola, con su perra Alue o Aluhe algo así me describió el nombre.
Que estaba esperando un ascenso, que sus horarios eran muy cansadores, que los fines de semana a veces los tiene desocupados y bla bla bla...
Medio me aburrí de su discurso del trabajo, los horarios y el dinero y le dije que tenía que irme. Me dió su número de celular, para que nos juntemos en cualquier momento. Que pablo, un amigo en común le había contado de mi operación y bla bla...
Llegué con la cabeza volada a casa y encontré éste texto en la web, que me describió de manera perfecta lo que me había sucedido.

"Anoche bebí demasiado porque comí con unos idiotas, unos arquitectos —con sus mujercitas— que hablaban de aviones y del servicio militar en todos los países del mundo. Eran muchachos de veinticuatro a treinta años. (Odio a la gente joven —...seria y estudiosa— con su Porvenir abierto y sus miserables deseos de automóviles y departamentos)
Los únicos jóvenes que acepto son los bizcos, los cojos, los poetas, los homosexuales, los viudos inconsolables, los frustrados, los obsesionados, sean condes o mendigos, comunistas o monárquicos, mujeres, hombres, andróginos o castrados "

Alejandra Pizarnik


Pegué éste texto en mi muro, y me cayeron todas las fichas juntas.
Mucho título, mucho auto nuevo, mucha casa en la quinta, pero estás muerta!
Sos la nada misma respondiendo a vaya a saber qué.
Conozco homosexuales que se dicen "homosexuales" y son la nada misma, pero por suerte son los pocos.
Las palabras que me vineron a la mente cuando escribía todo ésto fueron:
ALMA, LIBERTAD, ORGULLO, ESENCIA Y VALOR.
Esas cosas no te las da un título. Ni podés pasarlas a buscar en un auto nuevo, ni se compra con todo el dinero del mundo.
Esas cosas simplemente uno las siente, SIMPLEMENTE SE TIENEN O NO SE TIENEN.
De que me valdría a mí ser lic. en Psicología, si no pudiera compartir con mis padres un almuerzo, con la mujer que amo?. Realmente me haría feliz, comprarme el auto que mamá siempre me insiste en que me compre, si cuando tengo que tomar desiciones importantes en mi vida, no tengo a mi mujer al lado, apoyandome y respaldando cualquier "desperfecto"?.
Ahora entiendo que la persona de la que me estoy separando, dió, da y daría su vida por mí.
Y no estoy sabiendo ver eso. Ella estuvo y está cuando más enferma estuve. Cuando decidimos irnos a vivir juntas y no teníamos un peso, y comíamos arroz hervido casi toda la semana.
Lamentablemente hemos cambiado ella y yo. Tal vez la convivencia ahora no sea posible, pero nunca quiero olvidarme, que ella tiene y hasta el día en que se muera tendrá el alma más pura y noble del universo. Es una persona con la que se puede contar a ojos ciegos, leal a muerte, y con una capacidad de "DAR", como no he conocido a nadie. 
Yo era una "cogotuda", "re asco", producto de facultad privada y una familia "acomodada" y ella me enseñó a sonreir, y a sentir con el corazón.
Me enseñó el valor de no esconderme de nadie, y saber "jugarme, el todo por el todo" por una relación.
Aprendí tantas cosas a su lado, que parece increíble que ya no quede nada.
"El alumno supera al maestro" me dice siempre... y así parece que fué.
Mi compañera de taller comentó al pequeño texto de Ale Pizarnik: "A eso me refería cuando hablaba del mandato social, y Alejandra lo ha resumido tan magistralmente".
A lo que contesté: Ahora entiendo! y puse un "Me gusta (gigante)"

              Besotes a todas!!!