lunes, 24 de diciembre de 2012

Un regalo de Navidad



Se acerca la nochebuena, y a modo de caricia, quise hacerte un regalo. Nada caro, nada ostentoso. Sólo un obsequio que te diga que te pienso y que me dan ganas de estar con vos en todos lados.
Hace un par de días atrás, caminábamos juntas por un paseo de artesanos, y viste una botella pintada a mano que te encantó.
Nos paramos en el puesto, la tomaste entre tus manos, la miraste y remiraste y te quedaste con las ganas de tenerla porque no llevabas suficiente efectivo.
Otro día será dijiste.
Quise sorprenderte, y que supieras que me importan mucho tus gustos. 
Día veintitrés de diciembre, un calor que asfixia, y yo caminando a las cinco de la tarde hacia el paseo de artesanos donde viste esa botella; quería conseguirla para vos.
Recordé que habías elejido un motivo de un cocinero.
Te pareció dulce porque te recordaba a la película "Ratatouille". Se le parecía bastante...
(A mí me recordó al cocinero que les sirve los fideos a la Dama y el Vagabundo cuando van a cenar juntos. Viste esa peli?, cuando el perrito le cede la albóndiga y se chocan los hocicos?. A eso me recordó)
Por suerte todavía estaba, no la habían vendido. Parecía que me estaba esperando.
La compré, y se me ocurrió que un bonito motivo para verte era brindar anticipadamente.
Como nunca me interesó tener un juego de copas de champagne, tuve que comprar media docena más o menos decentes.
Una botella de champagne "Mercier" extra brut, algunas cosas dulces: garrapiñada de almendras, budín marmolado, y unos bombones de coco, fueron mi apuesta para un buen momento.
Te llamé al cel, y te dije que tenía algo importante que decirte.
Te preocupaste. Me preguntaste si estaba bien, si me había pasado algo. dije que no era nada referido a mí (mentí).
Me dijiste que tipo ocho y media de la tarde vendrías a casa, que te adelantara algo.
Me reía por dentro, al darme cuenta que no te esperabas lo que yo tenía ganas de hacer por y con vos.
Dije que tendrías que averiguarlo por tus propios medios, y casi pude verte sonreir...
Entendiste que se trataba de algo lindo, que no era grave y que lo único urgente para mí era verte.
Viniste a casa puntual, cosa que agradecí. Mi abrazo de bienvenida fué eterno, pude oler tu perfume una vez más, tu aroma tan fresco que dan ganas de morderte (obvio que no lo hice...).
Brindamos y te dí el regalo.
Ésta vez, tu abrazo estuvo acompañado de besos y lágrimas. Me dijiste cosas muy bonitas, y entre esas cosas, me dijiste que yo era tu "pedacito de cielo",
Tus ojos se humedecieron, y yo sentí una ternura inconmensurable.
El brindis se prolongó por toda la noche, y cuando te fuíste a la mañana siguiente, como era veinticuatro de diciembre, nos prometimos que cerraríamos los ojos a las cero horas y diríamos el nombre de la otra en silencio. Un homenaje muy simple y muy grande a la vez.
Sólo un gesto, un llamado con el pensamiento que puede llegar a ser presencia en la oscuridad de la noche.

        Besotes a todas y MUY FELICES FIESTAS!!!

                            

viernes, 21 de diciembre de 2012

En el lugar menos pensado 3


Vamos por mitad de semana, y ya nos hemos llamado una veintena de veces.
Sólo para saber cómo estamos, y para escucharnos (aunque no nos lo digamos). 
He estado sumergida en el ritmo caótico propio de éstas fechas, y vos también, por lo que no hemos podido vernos.
Es lógico, así lo hemos decidido. 
Pero aún así, hay algo que quedó flotando en algún lugar del aire. 
Y cada vez que suena mi cel, espero que sea tu número y no otro el que aparezca en la pantalla.
Día miercoles: ameneció muy fresco y con olor a lluvia, y por alguna razón, esa frescura me hizo acordar a vos.
Me dieron ganas de invitarte a mi casa. A mi fortaleza.
Nunca traslado mi mundo exterior a mi burbuja privada. Y me dieron ganas.
Te imaginé sentada en mi sofá, con esas formas tan serenas y armónicas que tenés de moverte.
Me pregunto si te gustará o no; si te sentirás cómoda y si tu gran curiosidad se alimentará de nuestro pequeño momento juntas.
Cerca de medio día, me atreví a proponerte que vengas.
Sólo somos amigas y vamos a compartir la media tarde... fué mi argumento.  
Yo sé que no me creíste y noté cierto tono de alegría en tu voz cuando te lo propuse, así que eso se transformó en nuestro plan principal. (y mis nervios parecían hormigas queriendo salir de dentro de un frasco).

- Querés que lleve algo para que compartamos? preguntaste.
- ... 
- Algo rico... Jajajaja! no seas malpensada! (reías con ganas)
- No he dicho nada! jajaja! no me culpes! casi que no puedo evitar pensar en... 
- Pan dulce! (me atajaste).
- Obvio! Pan dulce! que otra cosa va a ser?(puse cara de angel bajado del cielo a cascotazos), Pero porfi, que sea sin frutas para mí, odio las frutas abrillantadas, al igual que todo éste circo de navidad.
- Ok Grinch, yo me encargo de tu pan sin frutas. Pero vos preparate...
- Eh?! (te gusta, te gustaaaa, jugar conmigo, perra! eso lo pensé con mucho cariño...) 
- El mate, preparate el mate.
- Ponele! Ehhh digo... por supuesto! va a estar listo cuando lleguemos.

A las 15 pasé a buscarte por el centro, tenía que cancelar la deuda de éste mes del bar amigo, así que te quedaste cuidandome la moto unos minutos y después partimos para casa.
Ibas prendida de mí como una garrapata, así que disminuí la velocidad, porque intuí que estabas asustada. Aunque no pasé de 80 km/h en ningún momento en el acceso.
Llegamos a casa, entraste mirando para todos lados...
Te presenté a mis socios: Tuerca y Rocco. Te cayeron bien y vos a ellos, porque dejaron que les hicieras cariño y te miraban con cara de "Al fín!". 
Volvimos al living, dejé que te pusieras cómoda, no quise acercarme para que no te sintieras presionada de nada.
Prendí la tele.
Fuí a la cocina, puse la pava. Te me apareciste por detrás, me hiciste dar un respingo del susto...(si me daba vuelta te íbas a olvidar de los mates, te lo aseguro) así que permanecí en el lugar, haciendome la más entretenida ordenando algunas tazas (en mi barrio le llaman hacerse la boba, y lo hice lo mejor que pude). 
Quisiste conocer el resto de la casa, te aclaré que yo no soy precisamente el orden hecho persona... te reíste una vez más. 
Cuando llegamos a mi dormitorio, permanecí afuera. Dejé que lo inspeccionaras a gusto, yo sólo te miraba...desde la puerta. 
(y empecé a rezar la oración de: salgamosdeacápronto, amén)
Probaste mi cama; estuviste mirando las dos minimaquetas de aviones de la segunda guerra que tengo sobre el escritorio, y me desordenaste los libros de la mesa de luz... (que más se puede pedir? jajaja!). Te sentiste a gusto creo yo.
Te conté de algunos libros que quiero conseguir: "En breve cárcel" de Sylvia Molloy; y "La sombra del viento" de Carlos Ruiz Zafón, es una trilogía. 
El primero es una autobiografía contada como novela, una historia de un triangulo amoroso entre mujeres.
El segundo, cuenta la historia de un niño que pierde a su madre a los 9 años. Y queda viviendo solo con su padre, con el cual comparte un secreto irrevelable: El cementerio de los libros olvidados. Allí viven los libros olvidados por la gente.
Despues el niño elige un libro y empieza a encontrarse con los personajes del mismo.
Nos sentamos en el sofá frente al tele a tomar mates y charlar...
Se hicieron las 6 de la tarde, cuando me levanté a buscar por tercera vez más pan dulce.
Se me escapó decirte:

- No quiero que te vayas. Quedate toda la tarde, todas las tardes, todos los días, todos los años. Toda la vida quedate. (yo parecía Tuca de "Graduados")
(me miraste boquiabierta)
- No será mucho "todalavida"?
- Emmm... no! mucho no! Todavía no sé si me va a alcanzar... 
- Jajajaja! Sos un caso!, me dijiste.

Me acerqué muy despacio y te dí un beso. 
En el mismo instante te pedí disculpas.

- Perdoname, me zarpé, yo no quería que vos pienses que yo... que...

Me abrazaste y tranformaste ese beso en dos, en tres, en cien. 
Yo te daba cada beso con una dulzura contenida desde hacía años, y vos me respondías tan provocativamente que ninguna de las dos sabía hasta que punto se nos habían enredado los hilos.
Conseguiste que me olvidara del mundo, me olvidé hasta del día que era.
Después de amarte hasta perder la conciencia...
Quiero decir, pasadas algunas horas, preparamos la cena. 
Ravioles de ricota y calabaza (estaban en mi freezer), una ensalada de zanahorias y palta, tomamos jugo de sobre, sabor manzana.
Charlamos hasta altas horas de la madrugada, tomamos café, nos reímos.
Hicimos el amor dos veces más y te quedaste dormida.
Yo pensaba mientras te miraba dormir, que ojalá, ésto siga por mucho tiempo.
Que me atrapa tu forma de ver la vida, tu desenfado a la hora de resolver entuertos.
Que hemos inventado la velocidad justa para recorrer éste camino, ni muy despacio, ni muy rápido.  

     
       Besotes a todas!!!
         
            

domingo, 16 de diciembre de 2012

En el lugar menos pensado 2


Y hablamos. Al finalizar la fiesta de cierre de Taller, me animé a llamarte.
Me hubiera gustado estar en esa fiesta con vos, no quería desaprovechar la oportunidad de verte.
Sólo quería charlar, verte y charlar.
Esperé con toda mi alma que no tomaras mi llamada como algo más, porque era sólo eso; una llamada, una invitación a compartir algunas horas en un café, tomando algo rico y contandonos nuestras vidas...
Nos encontramos y era muy tarde. No sé cómo conseguí que aceptaras, tal vez fueron mis ganas, tal vez hay algo de química aunque no la veamos.
Me contaste de tus alumnos, de tu lucha para que salga la ley de reemplazos, de lo que se te cruza por la mente cada mañana al despertarte.
Hablamos de tus sueños, de los míos; de tus proyectos para el año que viene, de mis vacaciones en la costa la segunda quincena de enero; me explicaste un par de palabras difíciles, y yo te divulgé mi amor por los aviones. 
Escuché tus historias de amor frustradas, te relaté la última de mis muertes.
Porque el tiempo está parado para mí.
Casi lloro al jurarte que si no fuera porque me hirieron de muerte, traicionándome, yo sería distinta. Sonreiría.
Pero que no puedo, tengo el corazón en terapia intensiva. El tiempo...dirá.
La pasamos bien.
Me manché la boca con la espuma del capuccino, y casi se te cae el té porque empezaste a reírte.
No nos vamos a cercar de ninguna manera. No nos vamos a limitar al tiempo.
Vamos a disfrutar de vernos y yo le pido al cielo que no sintamos ganas de nada más.
Me encantó como te quedaba ese jean, miré atentamente tus manos a cada movimiento y la suavidad de tus gestos.
Me dió la impresión que la intriga te pone ansiosa cuando corto las frases a la mitad, para que me entiendas sin yo decir nada.
Sensaciones.
Se hicieron las 2 de la madrugada casi sin darnos cuenta. Ya no había colectivos (o al menos eso dijimos). Guardé silencio, puse cara de perro triste y dejé que tu imaginación nos sugiriera una solución...
Conozco unos departamentos, dijiste.
Me hice la desentendida, (porque yo también conozco varios departamentos).
Eso es propuesta indecente, dije poniendo cara de ofendida pero con una sonrisa por dentro.
Oohh! perdoname no quise... me dijiste que nunca había sido tu intención... y bla bla bla... sólo porque no hay colectivos y es peligroso andar caminando solas por el centro y bla bla bla.
Yo casi no podía disimular mi risa...
Tengo dos opciones, pensé inmediatamente.
1- Paro un taxi, le doy 100 pesos al chofer y que la lleve hasta su casa.
2- Le parto la boca de un beso y la llevo a los departamentos de la galería "Independencia".
La opción 1 me daba ERROR! ERROR! ERROR!!!
...
Sólo voy a decir, que Mamá noel existe, y que la mejor noche con espíritu navideño también es posible!!! Y que los desayunos de besos son más ricos que los de Bonafide.

Gracias Santa Claus, a los reyes magos, al niñito Jesús y al burro del pesebre!


      Besotes a todas!!!

              

viernes, 14 de diciembre de 2012

En el lugar menos pensado


Y me pareció raro viste? ésta cosa loca que sucede de repente, que hasta ahora eras un bicho extraño, con gustos musicales horribles en mi opinión, y siempre tan ácida en tus comentarios.
Nunca ni siquiera te miré con atención, nunca de los nunca; nunca hasta hoy.
Me parecías siempre una máquina de atacar gente, una persona con un fanatismo político insuperable.
Un poco resentida y hasta tirabombas podría decirse.
Sí, todo eso y mucho más. Más feo de lo común, más de lo que cualquiera pudiera soportar.
Y hoy no sé en verdad lo que pasó.
Fuí a la presentación del libro de una compañera de taller. Un libro muy serio, muy... politizado y una relación con el arte que me sorprendió.
"Historieta y Resistencia (Oesterheld 1979-1989)"
Nada fuera de lo común para éste tipo de eventos. Una mesa académica larga, cuatro personas hablando media hora cada una sobre los puntos relevantes del libro, habló la investigadora (Fac. de cs.políticas), habló la autora (mi compañera).
Todo marchaba bien, yo estaba en la última fila al fondo, cosa de que si me cansaba, me paraba y me íba.
No alcancé a aburrirme. Llegaste vos. Sí vos. La ultima persona en el mundo que pensé que llegaría y me viste desde la entrada y viniste directo a sentarte conmigo.
Me tragué las preguntas: ¿Que hacés acá?. ¿Vos tenés algo que ver con... "x" la autora? 
Nunca había reparado en tu ropa. Tenés gustos caros nena!.
Tu perfume, cuando te inclinaste a saludarme, me quedé mirándote porque no sé que shock me recorrió el cuerpo.
Te sentaste al lado mío y me pediste que te tuviera la cartera.
- Claro! dije yo, como no. (Volví a pensar lo de los gustos caros).
No sé por qué razón, motivo o circunstancia, te miré de reojo más de mil veces.
Los oradores seguían contando y explicando...
Me pediste la cartera, te la dí. No pude evitar decirte lo bonita que era.
Sacaste la etiqueta y te reíste, diciendo que acababas de comprarla, que era nueva.
- Hermosa. (Dije yo). Digo, la cartera me corregí. Y me puse colorada y nerviosa como una quinceañera. Uf! 
Te diste cuenta y yo no sabía donde meterme.
- Vamos a ver el stand de venta del libro? dijiste. 
- Ajam, bueno vamos... 
Te paraste y mis ojos se quedaron enganchados en tus caderas. Me quedé muda. Me paré luchando para cerrar la boca y te seguí (tenés el mejor "..." que he visto en mi vida,pensé)
Llegamos al stand y empezaste a preguntarme que era de mi vida; que planes tenía; dijiste que me habías leído, y que te había parecido interesante. Que mi modo de escribir sale de lo convencional, y que ese tipo de escritura te fascina.
(No sólo mi escritura te va a fascinar... eehhh digo...)
- Narrativa del tipo de Molloy, solté casi sin pensar.
Terminó la presentación, empezaron los aplausos y la invitación al lunch.
Te pregunté si te quedabas un ratito más, dijiste que sí pero que no mucho porque tenías la colación de tus alumnos.
Me conformé con compartir un par de empanadas y un vaso de gaseosa.
Te fuíste. A los 20 minutos me fuí yo. Y todavía no sé que sucedió.
Pongo "me gusta" en tus estados bastante seguido, has puesto "me gusta" también en los míos, pero nunca pensé en encontrarte justamente en ese lugar.
Nunca pensé que usaras ese perfume... ni que tuvieras el cuerpo de esa manera...
Sos una profesora de enseñanza media, una rockera empedernida, anti K a morir;
y ahora? como sigue todo ésto? sobre todo me lo pregunto, porque me acabás de mandar un mensaje (siendo la 01:23 de la madrugada) preguntándome si me gustaría que nos juntáramos a que yo te muestre más cosas escritas por mí.
... Historieta y resistencia... la historia de mi vida.

       Besotes a todas!!!
    
                

domingo, 2 de diciembre de 2012

Estado de Gracia


Dice Clarice, que no importa la intensidad del sufrimiento, si de él se sale más fuerte y más reconfortada.
Y la verdad es que no lo sé.
No es que dude de que el sufrimiento muchas veces fortalece el espíritu, sino que no estoy del todo convencida de que verdaderamente no importe su intensidad.
Hay intensidades que dejan huellas imborrables, daños irrecuperables.
Saldremos fortalecidas del sufrimiento, pero las marcas van a notarse en cuanto intentemos salir al mundo otra vez.
Ese miedo a tomar decisiones y de abrir la coraza nuevamente.
Hay que luchar para renacer de las cenizas, y confiar en una misma en ésta renovada oportunidad.

"El estado de gracia del que hablo no se usa para nada. Es como si viniera tan sólo para que se sepa realmente que se existe. En ese estado, además de la tranquila felicidad que irradia de personas y cosas, hay una lucidez que sólo puedo llamar leve porque en la gracia todo es tan, tan leve. Es la lucidez de quien no adivina más: sin esfuerzo, sabe. Sólo eso: sabe. No pregunten qué, porque sólo puedo responder del mismo modo infantil: sin esfuerzo, se sabe.


En el estado de gracia se ve a veces, la profunda belleza, antes inalcanzable de otra persona.


es bueno que no venga tantas veces como yo querría. Porque podría habituarme a la felicidad           - olvidé decir que en el estado de gracia se es muy feliz-.


Se sale del estado de gracia con el rostro límpido,los ojos abiertos y pensativos,y aunque no se haya sonreído, es como si el cuerpo todo, viniera de una sonrisa suave. Y se sale mejor criatura de lo que se entró.
...Se aprende a amar más, a perdonar más, a esperar más. Se pasa a tener una especie de confianza en el sufrimiento y en sus caminos tantas veces intolerables."

[Estado de Gracia (fragmento) Revelación de un mundo: Carice Lispector]  

PD: Ésta reflexión está inspirada en el texto de un blog amigo. Gracias Pierina.    

    

          Besotes a todas!!!