viernes, 21 de diciembre de 2012

En el lugar menos pensado 3


Vamos por mitad de semana, y ya nos hemos llamado una veintena de veces.
Sólo para saber cómo estamos, y para escucharnos (aunque no nos lo digamos). 
He estado sumergida en el ritmo caótico propio de éstas fechas, y vos también, por lo que no hemos podido vernos.
Es lógico, así lo hemos decidido. 
Pero aún así, hay algo que quedó flotando en algún lugar del aire. 
Y cada vez que suena mi cel, espero que sea tu número y no otro el que aparezca en la pantalla.
Día miercoles: ameneció muy fresco y con olor a lluvia, y por alguna razón, esa frescura me hizo acordar a vos.
Me dieron ganas de invitarte a mi casa. A mi fortaleza.
Nunca traslado mi mundo exterior a mi burbuja privada. Y me dieron ganas.
Te imaginé sentada en mi sofá, con esas formas tan serenas y armónicas que tenés de moverte.
Me pregunto si te gustará o no; si te sentirás cómoda y si tu gran curiosidad se alimentará de nuestro pequeño momento juntas.
Cerca de medio día, me atreví a proponerte que vengas.
Sólo somos amigas y vamos a compartir la media tarde... fué mi argumento.  
Yo sé que no me creíste y noté cierto tono de alegría en tu voz cuando te lo propuse, así que eso se transformó en nuestro plan principal. (y mis nervios parecían hormigas queriendo salir de dentro de un frasco).

- Querés que lleve algo para que compartamos? preguntaste.
- ... 
- Algo rico... Jajajaja! no seas malpensada! (reías con ganas)
- No he dicho nada! jajaja! no me culpes! casi que no puedo evitar pensar en... 
- Pan dulce! (me atajaste).
- Obvio! Pan dulce! que otra cosa va a ser?(puse cara de angel bajado del cielo a cascotazos), Pero porfi, que sea sin frutas para mí, odio las frutas abrillantadas, al igual que todo éste circo de navidad.
- Ok Grinch, yo me encargo de tu pan sin frutas. Pero vos preparate...
- Eh?! (te gusta, te gustaaaa, jugar conmigo, perra! eso lo pensé con mucho cariño...) 
- El mate, preparate el mate.
- Ponele! Ehhh digo... por supuesto! va a estar listo cuando lleguemos.

A las 15 pasé a buscarte por el centro, tenía que cancelar la deuda de éste mes del bar amigo, así que te quedaste cuidandome la moto unos minutos y después partimos para casa.
Ibas prendida de mí como una garrapata, así que disminuí la velocidad, porque intuí que estabas asustada. Aunque no pasé de 80 km/h en ningún momento en el acceso.
Llegamos a casa, entraste mirando para todos lados...
Te presenté a mis socios: Tuerca y Rocco. Te cayeron bien y vos a ellos, porque dejaron que les hicieras cariño y te miraban con cara de "Al fín!". 
Volvimos al living, dejé que te pusieras cómoda, no quise acercarme para que no te sintieras presionada de nada.
Prendí la tele.
Fuí a la cocina, puse la pava. Te me apareciste por detrás, me hiciste dar un respingo del susto...(si me daba vuelta te íbas a olvidar de los mates, te lo aseguro) así que permanecí en el lugar, haciendome la más entretenida ordenando algunas tazas (en mi barrio le llaman hacerse la boba, y lo hice lo mejor que pude). 
Quisiste conocer el resto de la casa, te aclaré que yo no soy precisamente el orden hecho persona... te reíste una vez más. 
Cuando llegamos a mi dormitorio, permanecí afuera. Dejé que lo inspeccionaras a gusto, yo sólo te miraba...desde la puerta. 
(y empecé a rezar la oración de: salgamosdeacápronto, amén)
Probaste mi cama; estuviste mirando las dos minimaquetas de aviones de la segunda guerra que tengo sobre el escritorio, y me desordenaste los libros de la mesa de luz... (que más se puede pedir? jajaja!). Te sentiste a gusto creo yo.
Te conté de algunos libros que quiero conseguir: "En breve cárcel" de Sylvia Molloy; y "La sombra del viento" de Carlos Ruiz Zafón, es una trilogía. 
El primero es una autobiografía contada como novela, una historia de un triangulo amoroso entre mujeres.
El segundo, cuenta la historia de un niño que pierde a su madre a los 9 años. Y queda viviendo solo con su padre, con el cual comparte un secreto irrevelable: El cementerio de los libros olvidados. Allí viven los libros olvidados por la gente.
Despues el niño elige un libro y empieza a encontrarse con los personajes del mismo.
Nos sentamos en el sofá frente al tele a tomar mates y charlar...
Se hicieron las 6 de la tarde, cuando me levanté a buscar por tercera vez más pan dulce.
Se me escapó decirte:

- No quiero que te vayas. Quedate toda la tarde, todas las tardes, todos los días, todos los años. Toda la vida quedate. (yo parecía Tuca de "Graduados")
(me miraste boquiabierta)
- No será mucho "todalavida"?
- Emmm... no! mucho no! Todavía no sé si me va a alcanzar... 
- Jajajaja! Sos un caso!, me dijiste.

Me acerqué muy despacio y te dí un beso. 
En el mismo instante te pedí disculpas.

- Perdoname, me zarpé, yo no quería que vos pienses que yo... que...

Me abrazaste y tranformaste ese beso en dos, en tres, en cien. 
Yo te daba cada beso con una dulzura contenida desde hacía años, y vos me respondías tan provocativamente que ninguna de las dos sabía hasta que punto se nos habían enredado los hilos.
Conseguiste que me olvidara del mundo, me olvidé hasta del día que era.
Después de amarte hasta perder la conciencia...
Quiero decir, pasadas algunas horas, preparamos la cena. 
Ravioles de ricota y calabaza (estaban en mi freezer), una ensalada de zanahorias y palta, tomamos jugo de sobre, sabor manzana.
Charlamos hasta altas horas de la madrugada, tomamos café, nos reímos.
Hicimos el amor dos veces más y te quedaste dormida.
Yo pensaba mientras te miraba dormir, que ojalá, ésto siga por mucho tiempo.
Que me atrapa tu forma de ver la vida, tu desenfado a la hora de resolver entuertos.
Que hemos inventado la velocidad justa para recorrer éste camino, ni muy despacio, ni muy rápido.  

     
       Besotes a todas!!!
         
            

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