martes, 12 de julio de 2011

Ni media palabra



Si me hubieran dicho un tiempo antes lo que iba a pasar, tal vez hubiera juntado coraje, tal como se juntan, con la mano abierta las migas del mantel. Siempre fuí la tarea prolija, que la maestra felicita con un diez. Nunca arriesgué, a menos que la matemática me fuera a mi favor.
Y hoy, el miedo se paró frente a mí y me miró a los ojos; ví que no usaba ropas caras, ni tampoco era viejo. Pero se desprende de él , el olor rancio de días sin sonrisas; de almas en vilo; de manos sudadas y luces tenues de cortinas a medio correr, de  ventanas junto a la mesa con una última comida, y con alguien sin ganas de comer.
Le pregunté a que vino, me dijo que después de conocerlo yo iba a poder decir que entendía el dolor de los demás.
Tantas veces caminé en pasillos oscuros, y no era a mí, a la que él estaba buscando. Y nunca pensé que yo podría estar en su lista.
Tantas veces acompañé, en tragedias que fingí propias. Porque nadie puede hacer propio el dolor ajeno? es imposible. Sólo por algunos segundos entre página y página pensé en él.
Como al descuido lo nombraba, recordando el color cobre opaco de la mirada de quién lo sufría, ahora sé de que color son sus ojos; ahora las páginas... son las mías.
Y si hubiera escogido otro camino? Y si en vez de por aquí, yo hubiera ido por allá? quizá no me hubiera alcanzado, quizá me buscaría eternamente sin encontrarme... quizá...
Me senté a esperar demasiado? esperé demasiado de mí? quién sabe.
Los cielos violeta regresarán alguna vez? esos cielos de verano entre azul y violeta que tanto me gustan... y los duendes en las nubes? quiero seguir encontrando esos duendes que sonríen con sus dientes llenos de chocolate, o volver a atrapar un arco iris en la plaza; quiero descansar de las dudas, y pensar sólo en eso... en los hermosos colores.
Ni todos los besos, ni todos los abrazos lo van a hacer desistir de mí. Soy su presa, me ha alcanzado.

                              Besotes a todas!