sábado, 31 de marzo de 2012

Finitas y blanditas...


Una amiga que me quiere y nunca me tuvo, jeje! Buena manera de empezar un post.
Na! Una querida amiga...viendo que mi bote se daba vuelta en el río de la vida, me anima a seguir remando contra la corriente en insiste en tirarme un salvavidas.
Es una de esas amigas que nos miran y se le nota a kilometros el placer que sienten de estar hablando con nosotras.
Algo así como un amor oculto y sin palabras, pero tampoco nada que no tenga cura.
Esta mujer, en un abrir y cerrar de ojos, consiguió de vaya a saber uno donde, a la dueña de una panadería, que estaba desesperada por conseguir gente para trabajar.
Yo estaba medio depre, y la invitación me vino como anillo al dedo.
Más que nada quería hacerlo para distraerme, para sacar la mente a pasear y no dejarla encerrada con el bicho malo de mi propio trabajo.
Mi amiga, me dijo: "aprovechá! pensá en otra cosa, se vienen las pascuas y hay miles de cosas por hacer"
Ante eso, no se puede!; pensé yo. 
Las pascuas son días que me traen recuerdos de mis abuelos, y me dan ganas de verlos y de contarles tantas cosas...
Vuelvo cada año a la confitería "Española", a comprar la rosca de Pascuas que comprabamos mis abuelos y yo, rellena de mazapán, y con huevos de gallina pintados de colores.
En fín... la cuestión es que, mi amiga, vino a decirme que había que hacer empanadas de vigilia.
Dos mil, por si quería más datos. Se me descolgó la mandíbula y la miré con cara de no poder creerlo, y menos poder creer que me haya metido en ese baile, sin yo siquiera tener dos segundos para pensar.
Se reía de nervios y me hizo tentar de risa. Y yo dije: "estás completamente loca?. Empanadas? Dos mil? Naaa!
Al rato, no sé como pasó, pero yo tenía puesto un delantal rojo a rayitas negras, y estaba haciendo empanadas como una poseída. Estaba jugando a ser panadera profesional en una de las panaderías más impotantes de la ciudad.
Ni siquiera me importó hacerlas gratis o que me pagaran algún dinero, no pregunté nada... lo dejé en manos de mi amiga.
Estabamos en una mesada gigante de acero inoxidable, que más parecía una camilla de la sala de operaciones de cualquier hospital que una mesada para hacer delicias de panadería.
Ella había sacado de la cámara de frío lo que me pareció a mí, medio millón de tapas de empanadas y cinco bandejas como de metro y medio por metro y medio, y de quince centímetros de alto, llenas de picadillo de salmón, de calamar, de atún, de berberechos y de morron. Había también de verdura y jamón y queso.
Yo me paseaba por las instalaciones queriendo encontrar a las panaderas y saludarlas... porque no todos los días una se encuentra con "chicas panaderas"...no?
Nos entregamos a la tarea dura y pura de la elaboración de empanadas, y nos percatamos de que la masa, no era del todo adecuada.
Mi amiga dijo: - "Sabés cual es el problema?, el problema es cuando es demasiado finita y blandita!" 
-"y sí, dije yo, no conozco pero supongo que debe ser..."(nuestros ojos se encontraron y fué un intercambio de miradas que hubieran puesto colorada a cualquiera)
Yo dije: "Te referís a las empanadas, verdad???..."  Mi amiga, se puso tan roja de verguenza que parecía que le iba a dar un síncope y estallamos en risa las dos juntas.
Que asco, me dijo! dos tortas hablando de... finitas y blanditas... ajjjj!
Jajajaja! Nuestro sentido del humor nos salvaba una vez más. Sólo rogué que las cámaras de seguridad no hubieran grabado los comentarios.
Pasamos horas entre charla y trabajo, y cuando salimos a las doce de la noche, habíamos hecho unas 624.
Nos esperan el día lunes para seguir elaborando, la dueña me pareció muy amable y simpática (no puedo decir que es linda porque es mi jefa...ejemmm) 
Benditas pascuas, creí que dios me había soltado la mano, y resultó que estaba llevandome en sus brazos... 

                Besotes a todas!
                               

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