viernes, 9 de diciembre de 2011

Dios halcón


El universo desiste una vez más de complotarse con mis intereses, y "bate" a ritmo circular un cielo color limón mezclado con crema, y fabrica nubes con forma de sombreros,que cubren mis ideas.
Hoy es miércoles y es como si no lo fuera, es como si todo diciembre fuera un solo día.
Mi inquietud camina de costado contra una pared, el siseo rítmico de sus movimientos aplaca,a medias, el sonido de algún que otro villancico navideño que proviene de la calle.
Me doy cuenta, que tengo todavía la boca con sabor a coco, el sabor que elejiste dejarme antes de irte. Antes de fundirte con ese cielo de limón que me acompaña a todos lados.
Camino en círculos viendo la hora, y me parece que son las mismas de atrás para adelante, que de adelante hacia atrás.
Me siento a esperar no sé qué,en mi sillón,dejando que el tiempo descuelgue de las paredes mis dudas y las embadurne con óleo color oliva.
Y se hace tarde...
La oscuridad toma el cuerpo de la habitación y yo caigo entre sollozos a los pies de un extraño dios con forma de halcón, con la voz entrecortada,le suplico la protección que su doble corona da a los bendecidos. 
Mi copa descansa sobre la mesa, y un resto de líquido se adormece en su fondo, haciendo las veces de escudo contra el inframundo que proviene de mí misma.
Si tan sólo pudiera encontrarte, para contarte los muertos que llevo a cuestas, tantas palabras puestas en orden, tantos años tratando de cubrir el dolor de un amor sofocado.
Y seguiré esperando, a que algo decapite las fuerzas que me hacen seguir adelante, seguiré entornando los ojos para dibujar a la distancia alguna de tus tardes.
No importa que te mueras mil veces dentro de mí o que simplemente desaparezcas para siempre, yo seguiré a tus pies, aunque el dios halcón a veces no lo quiera.


           Besotes a todas!

                                     

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