viernes, 19 de abril de 2013

The Godfather


Y no. La vida no me pasa inadvertida como a muchos. Tengo que agradecer la poca salud que tengo, y que no sé hasta cuando va a durar.
Pero mientras tanto, voy estrujando cada día lo más que puedo; vistiendome de mejores compañías o tomando la mejor parte que me es posible.
Vivir cada día, como si fuese un jugo Premium, con pulpa y todo.
El dolor está ausente, pero con aviso.
Las decepciones son como un recuerdo vago de ese dolor que se ha ausentado.
Imposibles de entender. Voraces.
Una garra afilada que inexplicablemente me ataca.
Y cuando las decepciones vienen del propio bando, además de inexplicables, son dolorosísimas.
Cuando provienen de tus propios padres, duelen y además son inaceptables.
La opción "me hago la boluda", está literalmente fuera de mi teclado.
No comprendo. Y cuando no comprendo y además estoy herida, me alejo.
Me alejo irremediablemente... y andá buscame... o mejor dicho, andá encontrame. No podrás.
He levantado mi muralla de acero impenetrable, y estoy a miles y miles de kilómetros de distancia.
Fué una traición de mi padre, el motivo de mi huída.
Y lo más sorprendente es que alguien me lo hizo ver. Porque yo soy incapaz de desconfiar, ni de descubrir una jugada de tamaña maldad.
Eso sí; el señor en cuestión nunca abandonó su estilo de bajo perfil y esa elegancia maquiavélica de la que es dueño, amo y señor.
El dinero lo avala. Lo protege. Dueño de un imperio de tecnología y un cobarde con el sello de su propia mafia.
Asco, me da. Es un pobre tipo que no se atreve a ver la verdad.
Yo estoy refugiada en el corazón de una persona que me conoce como nadie. Protegida de demonios que no sé cómo combatir.
Estoy resguardandome lo mejor que puedo, y desconozco la magnitud del ataque que va a venir.
He renunciado a todo el dinero con el que éste señor, tenía comprada mi ceguera (y yo sin saberlo).
Anoche cené pasta. Unos ricos fideos, que me supieron a ultima cena.
Porque mi verdadera riqueza está en tus abrazos, en tu forma de pronunciar las "Jotas", en la libretita donde esbozo mis poemas, mi morral y una que otra gaseosa compartida intercalándola con tus sonrisas. Ese es mi mundo.
No necesito mucho más.
Por suerte la soledad a mí nunca me pesó.
Seguiré preguntándome por mucho tiempo, el porqué de ésta maniobra.
Porqué éste señor acusó de ser "basuras peligrosas" a personas que sólo querían compartir momentos lindos conmigo.
Yo cometí el error de comentarle a éste señor algunas confidencias de éstas personas. Y él tergiversó y usó esos comentarios en contra de ésas personas, dando mi nombre!!!. Me vendió. Lisa y llanamente, me vendió. Me traicíonó.
Ahora él está sentado en la mesa de éstas personas riendosé de mí, compartiendo torta de cumpleaños... y llenandolas de dinero para que no averigüen la verdad.
Ahora esas personas me odian y se van a vengar de mí, por algo que yo no hice.
Si verdaderamente todo se paga en ésta vida, éste señor tiene mucho que pagar.
Seguramente, ésta es una de tantas traiciones que yo nunca advertí. Un juego de poder del que ésta vez no voy a participar.


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