lunes, 27 de febrero de 2012

Y Simón dice...


Estuve con mi sobri, ésta peke ha conseguido ganarme el corazón.
Yo nunca sentí ni media afinidad con los niños, ni imaginé nunca revolcarme en el pasto de una plaza ni chorrearme con helado de dulce de leche mis pantalones.
Ahora estoy sumergida en un mundo de acuarelas de colores, que son su preferencia, y buscando libros de cuentos que puedan gustarle, adoro sentarme con ella a mi lado y leerle cuentos de princesas o de animales que se pierden en los bosques.
Jugamos a "Simon dice... una mano en la cintura y otra en la cabeza, luego una mano en la rodilla y otra en la espalda... después, una mano en la cola y la otra en el piso, y así sucesivamente..." Las poses que hace me dan mucha risa, a la vez que descubro el sonido de mi propia felicidad.
Y estoy encontrando una parte de mí que no conocía, que estaba muy escondida dentro mío.
Cuando me abraza y me pide que le ayude a juntar sus juguetes me desarma, cuando se cae en la plaza y llora a moco tendido, yo sufro más que ella. Y me vuelvo loca inventando juegos nuevos para distraerla y que olvide sus raspones.
El cuento de Peter pan que le regalé éste finde lo disfrutamos a mares, y luego mi amiga me enseñó a bañarla.
Hicimos un verdadero despelote con el agua, terminé bañada a la par que ella y fuí feliz.
Soy una persona bastante simple me he dado cuenta, con que poco la paso bien.
Mi amiga me dijo algo que me dejó helada, yo no podía creer que se le hubiera ocurrido decirme una cosa así.
Ella dijo:
- Serías una mamá estupenda, que lástima que nunca quisiste tener hijos, sos muy graciosa,los niños se rien mucho con vos; pensalo bien si no querés tener un hijito... me parece que te estás equivocando...
Yo tenía piedritas en la mano, que ibamos juntando con mi sobri para armar una cuevita para unos gusanitos que habíamos encontrado en su jardín, y de repente las solté todas y las dejé caer al piso.
Me costó tragar al escuchar eso, por poco más y tengo que sentarme.
Fué fuerte. Que mi amiga que me conoce de toda la vida me diga eso, fué muy fuerte.
Mi sobri se colgaba de mi cuello, a los gritos para que armaramos lo que habíamos planeado, y yo no podía ni siquiera reaccionar.
Quiero acompañarla mañana a las 8 a su primer día de clases, y aunque tenga que desayunar con el chofer del colectivo de tan temprano que salga de casa, ahí voy a estar.
Voy a llevar la cámara obvio y a sacarle fotos a montones, y después me iré a trabajar.
Se supone que no tengo paciencia para los niños, y sin embargo paso horas disfrutando las peripecias de la vida de la pequeña Zoé.
Me voy a mi casa con el alma rebozante de ternura y las ganas de no dejarla nunca.
Algo muy extraño me sucede con ella... no sé que es.
Pero quiero que si algún día a mí me pasa algo, sea ella la dueña de todas mis cosas incluyendo mi casa y todo lo que yo tengo. 
(Esto nunca lo he dicho en voz alta, pero lo vengo pensando desde hace tiempo ya)
Voy a protegerla de cualquier cosa que pueda lastimarla, y juro que soy capaz de empeñar mi vida en eso.
He prometido enseñarle a hacer aviones de papel el próximo finde, ella prometió contarme por teléfono durante la semana como marcha nuestra granja de gusanitos, porque todavía no les hemos puesto nombres, tarea que quedó pendiente... ésto si el cole no la agota demasiado claro está.
En fín, ya tengo el nombre de uno de los bichitos: "Copérnico" (sin ánimo de ofender al astrónomo)
Veremos lo que pasa mañana...

                 Besotes a todas!

                                             

2 comentarios:

  1. Se me ocurre otro nombre para tus bichitos: Tolomeo. Entonces estarán Copérnico y Tolomeo discutiendo todo el tiempo quién es el ombligo de la granja. ;-)
    beso

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  2. marielet: hola! Jajaja! Y a otro le ponemos Aristóteles y se arma la guerra. Beso!

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