miércoles, 19 de octubre de 2011

Vamos amor, que llegamos!


Hacía tanto que no hablabamos amor, de vos, de mí; como antes, como cuando nos sentabamos en la semipenumbra de algún departamento alquilado, cerveza, cigarrillos y sinceridad de por medio.
No nos hacía falta vernos a la cara, nos conocemos los gestos de memoria; sólo hacía falta abrir el corazón y decirnos las cosas tal cual eran.
Y anoche volvimos a encontrarnos en una semipenumbra. Han pasado tantas cosas..., nos dijimos mutuamente. Aún así, reconocí en vos a esa mujer que yo elejí alguna vez, la noté un poco cambiada, algunas cosas la han entristecido, otras la han hecho más valiente.
Por mi parte, te mostré el eterno peter pan que supo seducirte con su jovial sentido del humor, y las ideas tan claras.
Seguís teniendo esa fuerza incombatible para hacer que yo quiera hacer cosas nuevas, probar diferentes alternativas, y siempre siempre dandome fuerzas.
He cometido errores, lo reconocí abiertamente, me equivoqué, y te lo dije. 
Me dijiste que vos también habías pasado por alto, y equivocado un montón de cosas.
Hablamos largamente de nuestros destinos, de los recursos que poseemos para seguir juntas, de las ganas de reconstruir la relación, coincidimos en que luego de mi enfermedad, la relación se había desgastado, tenía agujeritos y hemos quedado con los nervios de punta.
Estamos sensibles, pequeñas cosas nos afectan demasiado, y tenemos que aprender a relajarnos, a estabilizarnos. 
Hablamos de nuestro futuro juntas, de tus ganas de tener hijos, y de mi deseo de hacer cualquier cosa para que seas feliz.
Tu voz sigue enamorandome demasiado, al escucharte, ese sonido inconfundible de tu voz me hace latir el corazón a mil por hora.
Tenemos que cambiar algunas actitudes, mover de lugar otras, aprender un par de detalles que se nos están escapando, yo por mi parte estoy dispuesta a todo. A quemar las naves como quién dice.
Fué una charla como tantas otras, me aceptaste de nuevo, con mis errores, con mis aciertos, con mis ganas de seguir adelante y apostar a lo nuestro. Me volví enamorar de vos, de ese modo tan sensible que tenés de ser. Recordé que solamente una mujer puede hacerme razonar de semejante manera, esa mujer sos vos.
Te pedí paciencia, me pediste responsabilidad y que hagamos conciencia que no tenemos 20 años.
Te entendí, y voy a darte todo el respaldo que te haga falta, toda la contención y el amparo que necesites. Pero yo también necesito algo, y es saber que no te voy a perder nunca, pase lo que pase; aparezca quién aparezca.
Hemos recomenzado, vamos por el quinto año juntas, y apostando cada vez a más.
Fué una charla hermosa, gracias amor, por entregarme tu alma una vez más. Por ponerme los límites justo a tiempo, simplemente gracias.


                               

No hay comentarios:

Publicar un comentario