miércoles, 12 de octubre de 2011

Desempolvando recuerdos...


Día de poner un poco de orden a mi escritorio y mi armario. Entre muchas otras cosas, encontré guardado en el fondo de una caja, un diario; mi diario, uno que solía escribir con mi madre y que iniciamos juntas allá por el año 81. Fué su idea, una brillante idea por cierto, que me permite ahora recordarme y reconocerme por aquellos tiempos, cuando tenía la edad de 7 años.
Podría decirse, que desde muy temprano ella fué la que me inició en éste apasionante mundo de las letras y los pensamientos. Recuerdo que solía preguntarme siempre: "que estás pensando?" mucho tiempo después aprendí, que poner los pensamientos y sentimientos en palabras ayuda a aclarar las ideas y el alma. Ella siendo docente siempre supo ver en mí la capacidad de expresarme verbalmente y por escrito, cualidad que en la escuela primaria me hizo formar parte de algunas bibliotecas, y pertenecer al grupo "Merceditas" el cual se encargaba de leer para toda la escuela las novedades del día unos minutos después de bajar la bandera, éste pequeño acto simbólico duraba no más de diez minutos, pero evidentemente que eso en mí forjó el amor por el mundo literario.
Volví a leer ese diario, y recordé que solía ser una personita muy intransigente, con un carácter muy fuerte por aquellos tiempos, al parecer la libertad siempre fué una cosa muy importante para mí. Detestaba las injusticias y si algo no entraba dentro de mis cercanos límites de tolerancia, los arrebatos de furia hacían estragos en mí.
Ese diario prosperó a traves de los años, intercalábamos las escrituras, una vez mamá, y luego yo, como un eterno dialogo continuado. 
El último escrito fué de mamá, el dieciseis de diciembre del año 92, luego una página arrancada... y al parecer me apropié del diario, porque empiezo a escribir yo sola.
Y aquí empieza la aventura de escribirle a una mujer. A mi primer mujer. A mi algo más que compañera, que por aquel entonces me robó el corazón. Por escribirle a ella, porque sentía que nadie podría entenderme, por sentirme tan sola y tan distinta, por no saber que mi gusto por las mujeres se había instalado en mí para siempre y que no era algo malo, por todo eso y porque mi mente era una maraña de confusión y dudas, yo desaparecí el diario de las manos de mi madre. 
Es increíble leer las palabras con las que  acompaño la espera para poder estar con ella por primera vez , los nervios, la ansiedad, la dulzura, su cuerpo, que al sentirlo me hizo casi desmayar y luego la despedida final, para no verla nunca más. Un relato que conmovería a cualquiera, sin mencionar que separarme de ella, fué casi como morirme por dentro y me tomó años recuperarme.

..."  Tengo que resignarme a perderte de a poco y tal vez para siempre, te juro que has sido lo mejor que me ha pasado en la vida, te re quiero y mucho más que eso por todo lo que me has dado , porque te adoro y llenaría infinitas veces mis pulmones con el viento, para repetirte incansablemente lo que siento, TE AMO.."

wuauu! (está copiado tal cual está escrito en el diario)
Cerré el diario con cuidado, y salí a dar una vuelta para despejarme un poco, la tarde es gris y amenaza con lluvia en cualquier momento.
Mi realidad hoy es otra mujer, pero mi capacidad de amar sigue siendo tan grande como hace tantos años, Que barbaridad! pensé, quién sabe si hoy la vida me la pone delante y no me mueve un pelo. o quizás si...
Mejor me tomo un respiro y veo alguna peli divertida para cambiar los pensamientos, porque esos ojos verdes que en la secundaria me hicieron perder la cabeza, pueden meterme en grandes problemas hoy.
Diarios... diarios personales, secretos ocultos muy bien guardados, trozos de vida que emergen de esas hojas amarillentas y a cuadros, que nos deparan sorpresas, que nos muestran una parte casi olvidada de nosotros mismos.

                          Besotes a todas!

                            

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