Harta de las ídas y vueltas de éste laberinto. Ellas son dos, yo sólo una.
Aparece una, y me tiene a sus pies en cuanto la veo; la otra sólo quiere divertirse y sentirse acompañada.
Vamos a suponer que ambas desconocen la existencia de la otra, que ambas quieren diferentes cosas pero en el fondo quieren lo mismo.
Yo necesito elevarme por sobre sus espíritus; porque busco más allá de ellas. Pero sus tientos son tan fuertes que me hacen caer cada tanto.
A mi me gusta escribir, viajar, estudiar, los idiomas, la mente humana. La comedia romática de tres protagonistas se repite una y otra vez.
Volvamos a suponer que ninguna quiere perderme; yo ejercito cada vez más la multipresencia.
Estar aquí y allá casi al mismo tiempo.
Pagar un café y hacer el amor superponiendo los tiempos.
En mis últimos trabajos se plasma el ajetreo; la nube de ideas, los maremotos de nombres...
Lo que sí es seguro, que nunca pude dejar a la primera persona; sigue siendo mi debilidad y mi único amor.
Cada vez que estamos juntas, su ternura y su forma de ser me enamoran cada vez más.
Pero como digo, yo necesito ir más allá. Necesito escribir y describir como se transforma el mundo a mi alrededor.
La naturaleza es más bella cada vez. No tengo excusa para no enamorarme de ella también.
Y sigamos suponiendo, que la segunda persona es espectacular pero no tiene intenciones de amar a nadie.
Un estupendo cuerpo trabajado para gustar; para enloquecerme.
Una misma nada preparada sólo para el placer.
Mientras que la primera persona, quiere tiempo para reacomodar su vida; para "evolucionar" (según sus propias palabras). Dice que me ama, pero necesita espacio. Me promete volver a vivir juntas, pero por ahora ella asegura que yo necesito estar sola y no he podido convencerla de lo contrario.
Yo estoy intentando cumplir con compromisos literarios, trabajando para no pensar.
Talleres, encuentros, cursos, presentaciones (a veces de los propios integrantes de los talleres); Y por supuesto mis propios aportes e ideas para seguir escribiendo.
Habanitos de tabaco con sabor a chocolate , varias petacas de whisky y velas por un lado...
Por el otro; pizza casera con ensalada de rúcula , tomates cherry y jamón crudo. De postre helado de cereza... (y obviamente gaseosa).
Dos partes de un mismo medallón; las dos caras de una misma moneda.
Dos mundos, dos universos distintos. Mis dos mujeres.
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