martes, 19 de febrero de 2013

Mis vacaciones




Y llegaron mis merecidas vacaciones. Villa Carlos Paz, el destino elejido.
Y alejarse no siempre está demás, a veces es hasta necesario.
Estaba con la cabeza literalmente quemada se me perdía todo: llaves, celular, dinero, etc.
Estaba haciendo demasiado esfuerzo y no conseguía llegar a ninguna parte. 
Hasta mi madre me recomendó irme unos días a algún lindo lugar a descansar y a "desenchufarme" un poco.
Estaba volando demasiado alto. La presión empezó a hacerse insoportable.
Así fué como tomé la decisión y armé valija, saqué pasaje y me preparé.
Aunque no tenía aún todo el ánimo disponible, acepté éste viaje.
No fué como otras veces, no fué como otros viajes.
Éste descanso era más bien una pausa, una preparación.
habían "fichas" que tenían que caerme de un momento a otro y situaciones que tenía que empezar a aceptar.
La ciudad me pareció maravillosa. Tenía una vista de las sierras casi pegada a mis narices al salir por el balcón de mi habitación en el tercer piso del hotel. Me tocó la habitación 301.
Entre foto y filmaciones, pensaba en mis asuntos de una forma más relajada.
Me encantó el desayuno buffete de cada mañana, y por primera vez comí yogur con aritos de miel en el desayuno.
El fiambre no me apetecía por las mañanas, pero había gente que lo disfrutaba.
Encontré a Anibal Pachano, Carna, Sabastián Almada, Cristian U, y al mismísimo Larry De Clay, en diferentes salidas que realicé por las tardes.
Visité la capital cordobesa, en un minibús de una empresa con un nombre muy particular "Fono Bus". Más parecía un delivery de colectivos que una empresa de transporte, pero estuvo bien.
La manzana Jesuítica, el cabildo, las diferentes iglesias, la plaza mayor, los artesanos,las peatonales; todo lo que recorrí incluyendo Patio Olmos y la maravillosa Cañada, me dejaron boquiabierta y gratamente sorprendida.
Un verdadero deleite para los sentidos es esa capital.
Saqué infinidad de fotos, compré artículos de cuero y un mate de vidrio, forrado en cuero con el dibujo de un mapamundi.
Los infaltables alfajores artesanales, los mejores del mundo para mi opinión, me gustaron los de higo, y los de damasco.
Hice un paseo en hidropedales, en el lago San Roque, en carlos paz.
Entre calles de subida y bajadas sorprendentes, trataba de encontrar un equilibrio para mi vida, y comprender que hay que disfrutar a las personas tan intensamente como sea posible y vivir, vivir cada segundo de su compañía amando el tiempo que nos brindan.
Nadie es eterno. Mi madre tampoco.
Su enfermedad se está agravando demasiado rápidamente y siento que se me escapa su vida de las manos como un puñado de arena.
De repente quiero grabar su voz, para no olvidarla nunca.
Quiero pasear con ella, y no sé como se hace para entender, o aceptar, que la persona que más amás en el mundo, dentro de poco, ya no estará.
Me dicen que tengo que ser fuerte, y yo me pregunto, de donde sacar esa fuerza; si la mayoría de las veces es mi madre quién me la da.
Un viaje cargado de significado fué el que hice.
Un símbolo de un alejamiento no deseado pero inevitable.
Quiero filtrar mis sentimientos y darme cuenta de lo que me pasa.
Necesito estar sola, absolutamente sola, y acariciarme el alma.
Acostarme por las noches hecha un bicho bolita e imaginarme como seguirá mi vida, una vez que ya no la tenga a mi madre.
Como seguir mi vida? Como seguir?
Los problemas aquí a mi regreso siguen intactos, sólo que ahora el calefón que pierde o la boleta vencida del seguro de la moto, carecen de importancia.
Voy a imprimir un par de fotos que me han gustado muchísimo del lago San Roque de noche y una vista panorámica de villa carlos paz, y a ponerlas en un portaretratos en mi mesa de luz. 
Esas dos fotos significan la mansedumbre de mi alma ante lo inevitable y también el inicio del resto de mi vida.

        Besotes a todas!!!
              

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